Este artículo está traducido del neerlandés

La luz UV-C en el mundo médico: riesgos y potencial

El efecto desinfectante de la luz UV-C se descubrió ya a finales del siglo XIX; en 1903, Nils Finsen incluso ganó el Premio Nobel por ello. Desde entonces, la luz UV-C se ha utilizado ampliamente en muchas diversas industrias. Por ejemplo, la luz UV-C se utiliza en las cabinas de flujo descendente de los laboratorios para desinfectar la superficie de trabajo, y los institutos forenses utilizan la luz UV-C para desinfectar superficies y/o limpiar ADN. Pero si la tecnología es tan eficaz y se ha utilizado con éxito en otras industrias durante más de 100 años, ¿por qué no ha sido adoptada todavía por la industria médica? En este artículo, aprenderá más sobre las oportunidades de la UV-C en el mundo médico.

Lámpara UV-C D60

Ventajas de la luz UV-C

Las ventajas de la luz UV-C son evidentes en comparación con los métodos actuales del sector médico (productos químicos, toallitas, lavadoras, etc.).

  • Respetuoso con el medio ambiente: no utiliza productos químicos ni agua;
  • Ciclo de desinfección rápido: sólo tarda unos segundos;
  • Eficaz contra espectro completo de microorganismos;
  • El personal no está expuesto a sustancias químicas nocivas;
  • No es necesario aplicar métodos complicados ni cumplir un estricto programa de limpieza. Todo lo que se necesita es un ciclo de desinfección sencillo y constante.

Como Michiel mencionó en un blog los patógenos se propagan a través de los equipos (entre otras cosas), lo que significa que existe un enorme potencial para la aplicación de la luz UV-C en el sector sanitario.

Peligros y retos

Pero, ¿cuáles son los peligros y los retos de la aplicación de la tecnología UV-C en la sanidad? Entre los retos a los que se enfrenta la tecnología UV-C en la industria médica se incluyen los siguientes:

  • No existen normas para la luz UV-C en el sector médico, por lo que las instituciones sanitarias no están seguras de cómo probar los productos;
  • Las normas de desinfección actuales, como la EN-14885 no son aplicables a la luz UV-C. Estas normas son adecuadas para productos químicos y tienen variables como el tiempo de contacto y la inmersión;
  • Hay muchos productos no regulados en el mercado cuyas afirmaciones no parecen estar bien fundadas. Floris ya escribió un buen blog sobre lo que hay que tener en cuenta al comprar un producto;
  • La exposición directa a la luz UV-C es peligrosa para las personas, por lo que los productos deben cumplir altos requisitos de seguridad como escribió Noor anteriormente;
  • Las prácticas de limpieza de muchos hospitales se centran al 100% en productos "antiguos", como el vapor, las bayetas y los productos químicos. Con unos hábitos tan arraigados, puede ser difícil convencer a la gente para que empiece a utilizar métodos innovadores.

Por supuesto, todos estos retos no son insuperables. Si las instituciones sanitarias investigan adecuadamente los equipos UV que adquieren, es fácil ponerlos en práctica, puntos en los que hay que fijarse: la marca CE correcta, una validación clínica suficiente y pruebas de seguridad del producto. Además, sabemos por fuentes fiables que el instituto holandés de normalización en el sector médico está ocupado redactando una norma UV.

Potencial que presenta la luz UV-C

A pesar de que ahora sabemos que todavía existen algunos retos para la amplia aplicación de la luz UV-C en el sector médico en todo el mundo, la evolución actual del mercado también ofrece muchas oportunidades. No sólo para las empresas que trabajan con luz UV-C, sino también para las instituciones sanitarias que desean hacer sus procesos más eficientes, desinfectar con conciencia ecológica y ahorrar costes.

Según Yale, sólo el sector sanitario estadounidense representa el 10% de las emisiones totales del país.[1], y si se compara con cualquier otro país, la industria médica estadounidense emite más CO2 que todo el Reino Unido[2]. Así que cambiar a la desinfección UV-C puede ahorrar mucho CO2. Además, el coste por ciclo de UV en comparación con el método actual es muchas veces más barato; al fin y al cabo, sólo se necesita algo de energía y no se utilizan litros de agua, productos químicos u otros consumibles. Además, un ciclo de desinfección de un dispositivo médico con productos químicos dura entre 10 y 40 minutos, mientras que con un dispositivo de desinfección UV-C sólo se tardan unos segundos. Esto también permite a los hospitales establecer sus procesos de forma mucho más eficiente.

El potencial de desinfección con luz UV-C:

  • Mucho más rápido que los métodos actuales, por lo que los hospitales pueden utilizar sus equipos de forma más eficiente;
  • Con la luz UV-C, los costes por ciclo de desinfección son mucho menores;
  • La luz UV-C es respetuosa con el medio ambiente; no se desperdicia agua ni productos químicos.

¿Quiere saber más sobre la contribución de la luz UV-C a un mundo médico más ecológico? Lea también Contribución de la desinfección UV-C a una asistencia sanitaria más ecológica.

Daan Hoek
Cofundador