Desinfección manual: Insegura, incoherente y anticuada
La desinfección manual se sigue utilizando ampliamente en hospitales de todo el mundo, a menudo porque resulta familiar y parece asequible. Pero cuando se mira más de cerca, queda claro que los costes están ocultos en resultados incoherentes, riesgos de infección, y resulta ser muy caro a largo plazo si se calculan todos los ciclos.
La cuestión central: Los humanos no son máquinas
Incluso la enfermera o el técnico más diligentes pueden pasar por alto puntos, precipitarse o acortar el tiempo de contacto. Los estudios han demostrado que la limpieza manual es intrínsecamente variable. Un estudio reveló que incluso cuando se siguen estrictamente los protocolos, patógenos como el VPH pueden sobrevivir a procedimientos de limpieza inadecuados.
Sin trazabilidad no hay control
La desinfección manual no ofrece trazabilidad. Se espera que los hospitales cumplan normas rigurosas de desinfección de alto nivel, pero con las toallitas y la espuma no hay registro de quién desinfectó qué, cuándo o con qué profundidad. En una época en la que los registros de auditoría son fundamentales, la desinfección manual se ha quedado anclada en el pasado.
Riesgo para los dispositivos sensibles
Los métodos manuales también ponen en peligro los dispositivos. Equipos como los endoscopios y las sondas de ETE pueden resultar dañados por la manipulación repetida, especialmente cuando las toallitas se aplican con una presión o velocidad incoherentes. Esto aumenta los costes de reparación y acorta la vida útil de los instrumentos.
La desinfección manual no sólo es incómoda, sino poco fiable, indocumentada e insegura. Los hospitales merecen una norma mejor.
Máquinas químicas: Lentas, caras y corrosivas
Los sistemas automatizados basados en productos químicos se consideraban antaño la regla de oro. Pero hoy en día están cada vez más desfasados. Estos sistemas introducen nuevos retos que afectan silenciosamente al flujo de trabajo clínico y ponen bajo presión los presupuestos de los hospitales.
Lento e ineficaz
Un ciclo típico en una máquina química puede durar desde 7 minutos para una sonda de ultrasonidos hasta 40 minutos para un endoscopio. En departamentos con mucho trabajo, ese retraso provoca atascos, casos perdidos y reprogramación de pacientes. Los instrumentos esperan en colas. El personal permanece inactivo. El flujo de pacientes se resiente.
Costes elevados que siguen aumentando
Las máquinas son caras, pero la verdadera carga reside en los consumibles recurrentes: cartuchos químicos, filtros, descalcificadores y fontanería. Con el tiempo, el coste total de propiedad aumenta drásticamente, superando a menudo cualquier ahorro derivado de la compra de productos químicos a granel.
Duro con los dispositivos
Productos químicos como el peróxido de hidrógeno pueden ser corrosivos para los materiales de los dispositivos. La exposición repetida provoca la degradación de juntas, adhesivos y superficies, lo que compromete el rendimiento y la longevidad del dispositivo. Los estudios clínicos y la vigilancia posterior a la comercialización han documentado daños que van desde la microfisuración hasta la deslaminación completa.
El resultado: Un sistema que hace fracasar a los hospitales
Los hospitales se encuentran atrapados entre las exigencias normativas y las limitaciones del mundo real. La promesa de "seguridad automatizada" se desvanece cuando la desinfección es lenta, cara y perjudicial para el flujo de pacientes.
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