Este artículo está traducido del neerlandés

Control de la prevención de infecciones en los centros sanitarios

La prevención y el control de infecciones (CIP) son fundamentales en hospitales, clínicas, residencias de ancianos y otros centros sanitarios. Los pacientes de estos centros corren el riesgo de contraer infecciones durante su estancia.

Control de la prevención de infecciones en los centros sanitarios

La prevención y el control de infecciones (CIP) son fundamentales en hospitales, clínicas, residencias de ancianos y otros centros sanitarios. Los pacientes de estos centros corren el riesgo de contraer infecciones durante su estancia. Al mismo tiempo, el personal sanitario también puede estar expuesto a enfermedades infecciosas como el VIH, la hepatitis B y C, la tuberculosis y los virus respiratorios.

Los centros sanitarios desempeñan un papel importante en la gestión de las enfermedades, pero también presentan un mayor riesgo de propagación de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS) a través de la infección cruzada. Para prevenirlas, es fundamental conocer y aplicar estrategias eficaces de CIP. En este blog analizamos tanto las precauciones estándar, como la higiene de las manos y el EPI, como las nuevas tecnologías innovadoras que podrían reducir aún más el riesgo de HAI.

Conocer los riesgos de infección en los centros sanitarios

Según los Institutos Nacionales de Salud, las HAI son infecciones adquiridas tras la hospitalización y que se manifiestan 48 horas después del ingreso en el hospital. Las seis principales son las infecciones urinarias asociadas a catéteres, las infecciones del torrente sanguíneo asociadas a vías centrales, las infecciones quirúrgicas, la neumonía asociada a ventilación mecánica, la neumonía hospitalaria y las infecciones intestinales por Clostridium difficile[i].

Los pacientes con mayor riesgo de contraer una infección hemorrágica aguda son los que ya están debilitados, como las personas mayores, así como aquellos con dispositivos implantados, cirugías recientes y estancias prolongadas en hospitales y UCI.

Una vez adquiridas, las HAI pueden propagarse por los centros sanitarios a través de gotitas de aerosol o por contacto directo con el personal, otros pacientes o superficies contaminadas, como pasamanos, carros móviles o equipos médicos.

Elementos clave del control de la prevención de infecciones

La CIP es prioritaria para prevenir las IRAS en los centros sanitarios. Y el primer nivel de sentido común de la CIP es la higiene de las manos. Lavarse y secarse las manos correctamente antes y después del contacto con los pacientes es el método más importante para prevenir la propagación de enfermedades.

Equipo de protección individual (EPI)‍

Cuando se trabaja con pacientes que ya están infectados o se realizan intervenciones quirúrgicas o pruebas invasivas, el personal médico está obligado a utilizar equipos de protección individual (EPI). Esto puede incluir guantes desechables, batas, cubrezapatos y mascarillas de tela, así como protectores faciales y mascarillas N-95 debidamente ajustadas.

Limpieza y desinfección

La limpieza y desinfección adecuadas de superficies como bandejas, pasamanos y postes de suero, así como del instrumental médico reutilizable, también es fundamental. Los desinfectantes utilizados, ya sean alcohol, lejía, peróxido de hidrógeno u otros productos químicos, deben ser adecuados al tipo de superficie o equipo y a los posibles contaminantes.

Precauciones de aislamiento

Por último, los profesionales sanitarios deben conocer y comprender la necesidad relativa de aislar a los pacientes ya infectados o con mayor riesgo. Ello debe incluir una formación adecuada en materia de control de infecciones para todo el personal y el aislamiento de los pacientes que presenten una afección infecciosa.

Enfoques innovadores de la CIP: el papel de la tecnología

Aunque los cuatro elementos mencionados constituyen la norma actual para prevenir y tratar las enfermedades infecciosas, los nuevos métodos basados en tecnologías avanzadas pueden conducir a mejoras continuas de la CIP.

La tecnología basada en rayos ultravioleta (UV) es un método relativamente nuevo para desinfectar bacterias y virus en entornos sanitarios, y los sistemas automatizados de vigilancia también pueden ayudar a reducir las IRAS de varias maneras.

Tecnología para reducir riesgos

En esta era digital, cada vez se desarrolla más tecnología de automatización para ayudar a reducir la propagación de infecciones. Por ejemplo, un sistema de medición electrónica de la higiene de las manos instalado en un hospital u otro centro sanitario puede realizar un seguimiento de las tasas de adherencia a lo largo del tiempo y compararlas con la incidencia de las HAI en esas instalaciones, con el fin de educar al personal y garantizar su cumplimiento[ii].

En el ámbito de la salud pública, los CDC mantienen un sistema de vigilancia de la gripe en EE.UU. en colaboración con sus numerosos socios. Este sistema de vigilancia automatizado recopila datos sobre enfermedades similares a la gripe de laboratorios y centros sanitarios de todo el país, y proporciona los datos más recientes sobre brotes, para ayudar en la toma de decisiones[iii].

La luz ultravioleta en la gama de longitudes de onda de 240-280 nm está demostrando su utilidad para la desinfección en entornos sanitarios. Por ejemplo, robots autónomos utilizan ahora la tecnología UV para desinfectar salas médicas enteras. Y la tecnología UV, como la UV Smart D60, puede garantizar la desinfección automática de alto nivel de determinados instrumentos médicos en cuestión de segundos, sin necesidad de litros de agua, productos químicos fuertes ni consumibles.

Ventajas y retos de la CIP en los centros sanitarios

El coste de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS), tanto en dólares como en sufrimiento humano, es enorme. Los Institutos Nacionales de Salud calculan que el coste anual actual (2023) del tratamiento de las IRAS en Estados Unidos oscila entre 28.400 y 45.000 millones de dólares. Un informe estimó que "la implementación de estrategias integrales de control de infecciones basadas en la evidencia podría prevenir cientos de miles de HAI y salvar decenas de miles de vidas y miles de millones de dólares"[iv].

El reto de aplicar estrategias de CIP nuevas y más eficaces será el coste de la transición a nuevos sistemas y equipos, así como la formación actualizada del personal. Y, como siempre, es fundamental que el personal y el público respeten los procedimientos de CIP.

El futuro de la CIP en la asistencia sanitaria: Reducción de riesgos mediante la innovación técnica

Como demostró nuestra reciente experiencia con el brote mundial de SRAS-CoV-2, la necesidad de esfuerzos continuos, innovación y cumplimiento de los protocolos de CIP son fundamentales para proteger tanto a los pacientes como al personal sanitario.

El reto puede parecer abrumador, pero los beneficios potenciales son enormes, para los pacientes y el personal, para la economía y para el público en general.

[i] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK441857/

[ii] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32460928/

[iii] https://www.cdc.gov/flu/weekly/overview.htm#Outpatient

[iv] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9949640/

Nicolas Cediey
Marketing digital